Pintar como se pinta la superficie del agua. Acariciar la tela por el procedimiento sensible a como se acerca uno al terciopelo. Sentarse a mirar la tela, escudriñarla, manosearla, jugar con ella, trocearla. Un signo nos lleva a otro, una mancha provoca la siguiente, un accidente más menudo provoca el siguiente acierto que lo contrario. Una búsqueda encontrando hallazgos o recursos que me permita deambular por un mundo inexplorado.

Porque crear es zambullirse en territorios siempre desconocidos. También es descubrir o simplemente transitar por ámbitos en cierta medida estructurados. Ese conflicto entre estructura y territorio por descubrir es en el que personalmente me siento más cómodo.

Crear es descubrir espacios, ya sean figurativos o abstractos, por tanto, la narrativa del arte es inagotable. En ese viaje utilizo lo que encuentro, lo que imagino, pero no todo lo que encuentro o imagino me sirve. En eso radica mi fascinación por el trabajo artístico.

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